El walker pediátrico es una ortésis de pie-tobillo, diseñada para tratar diversas patologías de la zona que requiera de la inmovilización de la articulación.
En general, la ortésis se fabrica con un material acolchado que evita rozar la piel y dañarla.
Esta ortésis suele requerir de una adaptación concreta que se hará por el especialista, como es el caso de Ortopedia Técnica Tarancón.
WALKER PEDIATRICO: ESTRUCTURA
El diseño del walker pediátrico tiene una estructura tipo balancín que ayuda a la marcha. Es decir, esta ortésis permite una cierta movilidad a la persona, en este caso pacientes pediátricos, mientras se mantienen inmovilizadas las articulaciones.
Este tipo de ortésis suelen fabricarse con una estructura ligera pero que a su vez sea resistente. El material puede ser de plástico, pero la superficie interior debe ser acolchada para otorgar protección a la planta del pie.
Igualmente, el interior puede estar recubierto de algún material textil transpirable que sirva para proteger la piel de rozaduras provocadas por la presión en la zona. El diseño también puede contemplar cierres a través de velcros y refuerzos que aumenten su capacidad para inmovilizar las articulaciones.
El walker pediátrico tiene un diseño que se adapta a las extremidades de los niños que sufren diferentes patologías que requieren de inmovilización. Por eso debe ser adaptada por el especialista, dependiendo del caso.
Su propósito es inmovilizar la articulación tibio-tarsiana y proporcionar estabilidad mientras se permite que el paciente se movilice.
EFECTOS DEL WALKER PEDIATRICO
La suela del walker pediátrico está diseñada específicamente para que la seguridad del paciente aumente durante la caminata.
En todos los casos, acelerará el proceso de curación, al tiempo que previene la atrofia muscular que puede generarse en casos en los que se requiera la inmovilización de las articulaciones.
WALKER PEDIATRICO: CUANDO UTILIZARLO
El walker pediátrico se recomienda para aquellas patologías que requieran de la inmovilización de las articulaciones del pie y del tobillo.
Aunque es el profesional de la salud el que debe asignar su uso, hay ciertos casos en los que su uso es frecuente.
Fracturas de Tallo Verde. En las fracturas llamadas de Tallo Verde suele recomendarse el uso de Walker Pediátrico. Este tipo de fracturas son propias de los niños: suelen ser fracturas incompletas pero requieren inmovilización.
Traumatismos. En otros traumatismos de las extremidades inferiores en los que se requiera la inmovilización de las articulaciones, el walker pediátrico puede ser una buena opción, siempre que el profesional de la salud lo recomiende.
Intervenciones quirúrgicas. Después de una intervención quirúrgica en la que se requiera inmovilización, también puede resultar muy útil.
Esguinces y lesiones ligamentosas. Cuando hay esguinces graves, en los que se haya producido una lesión adicional en la piel, el walker pediátrico puede estar recomendado. Este tipo de lesiones pueden darse en caídas de bicicletas o similares.
Apoyo adicional. Cuando el paciente ha sufrido una fractura que requirió su inmovilización con escayola, puede requerir apoyo adicional y este puede darse con un walker pediátrico.
Situaciones pre-ulcerosas. El walker pediátrico puede ser usado como un método que sustituye al yeso o escayola cuando hay situaciones pre-ulcerosas.
Pie equino. En caso de que el paciente presente pie equino, el uso del walker para niños puede ser recomendado para la corrección gradual de esta patología. Aunque en algunos casos de pie equino se recomienda la cirugía, en muchas otras ocasiones puede tratarse con ortésis, y dar unos resultados exitosos.
Liberar el tendón de Aquiles. El walker pediátrico también puede usarse en casos en los que sea requerida la liberación del tendón de Aquiles. Las lesiones de tendón en muchos casos requieren operación, y el walker puede estar recomendado para la transición después de la operación y mientras se recupera la vida normal.
En suma, un walker pediátrico está recomendado en muchos y variados casos como una alternativa para las tradicionales escayolas, y también para los procesos asociados a la rehabilitación postoperatoria.
Por supuesto que todas estas indicaciones son referenciales y deben estar recomendadas por el profesional de la salud, quien en definitiva es quien está capacitado para determinar el método a seguir de acuerdo a la patología y características de cada paciente y cada caso particular.
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