Al momento de sufrir un accidente es importante tomar todas las precauciones necesarias.
Una de las primeras medidas siempre es la de inmovilizar la cervical, y esto se logra a través de un collarín. Existen distintos ejemplos según su función. Hoy analizaremos los collarines, tipos y función de los mismos.
La función principal de todo collarín es la de evitar una lesión en la médula espinal, la cual es una zona sumamente delicada que puede resultar afectada después de un accidente. La necesidad de tener que trasladar a un paciente o realizarle radiografías, hace necesario que el primer paso antes de esto, sea colocarle un collarín.
El material de los mismos debe ser translúcido, esto para poder realizar radiografías al paciente. Debe ser de fácil colocación, y quedar firme en el cuello para evitar cualquier tipo de movimiento.
El collarín rígido es uno de los más comunes. Es aquel cuya función justamente es una inmovilización total. Va desde el mentón y abarca toda la zona del esternón, inmovilizando todo el cuello y sujetando también la parte trasera de la cabeza.
El collarín semirrígido impide la movilidad del cuello de forma parcial, con un poco más de libertad que el collarín rígido, pero igualmente inmovilizándolo para evitar movimientos bruscos.
Es un intermedio entre el collarín rígido y el blando. En las zonas de los apoyos utiliza almohadillas.
El collarín blando, es aquel cuya función no es la inmovilización, sino más bien el descanso del cuello ante lesiones como un esguince de cuello.
Aquí no se requiere estrictamente una inmovilización del cuello, pero sí se busca la comodidad y poder sostener el peso de la cabeza para que los músculos descansen. Su función básicamente es alivianar el dolor ante una lesión.
LESIONES Y ENFERMEDADES DEL CUELLO
El uso del collarín puede implementarse en problemáticas varias. Puede tratarse de una lesión o traumatismo en las vértebras cervicales, pero no siempre este es el caso. El collarín también será necesario como tratamiento post cirugías realizadas en la espalda.
Otras veces se trata de un padecimiento ante la aparición de un dolor repentino en la cervical, que puede ser producto de una enfermedad degenerativa o una inflamación en las articulaciones de la cervical.
En estos casos lo más probable es que el uso del collarín vaya acompañado de tratamientos paralelos. Siendo el collarín una herramienta complementaria cuya función viene ser inmovilizar el cuello para evitar lesiones más graves.
También lo que se busca es la comodidad del paciente y el alivio del dolor debido a la tensión de los músculos, ayudando a la recuperación de las arterias y los nervios.
Por lo general se recetará uso de collarín ya sea que se trate de un desgaste de cartílagos o de disco, o más bien de una enfermedad asociada a enfermedades de la zona del cuello como fibromialgia, artritis reumatoide o espondiloartropatías.
Dependiendo de la gravedad del caso, el uso del collarín deberá ser constante, y deberá usarse incluso en los momentos de sueño y de aseo. Sólo será retirado en los momentos de cambiar las almohadillas. Siempre es importante la realización de radiografías para detectar con exactitud la raíz del problema.
El tratamiento puede ser acompañado con almohadas ergonométricas para el descanso, o con masajes, ultrasonido y aplicación de calor para sanar la lesión o aliviar el dolor. Incluso pueden ser recetados antiinflamatorios o algún otro medicamento dependiendo del problema.
El tipo de collarín variará también según la dolencia. Por ejemplo, cuando se trata de una lesión de los tejidos blancos, más comúnmente llamada “lesión de latigazo cervical”, ocasionada por lo general en accidentes automovilistas, se suele recomendar el uso de un collarín suave o también llamado blando, para el descanso del cuello durante el tiempo en el que persistan los síntomas del accidente.
Se recomienda este tipo de collarín justamente porque en una lesión como esta, es recomendable poder ir moviendo parcialmente el cuello para ayudar a su recuperación.
En la artritis reumatoide también puede ser recomendado el collarín blando con la función de alivianar el dolor que esta enfermedad puede provocar en el cuello.
Sin embargo cuando un accidente es reciente, al paciente por lo general se lo trata con un collarín rígido para trasladarlo, ante el desconocimiento de la gravedad de su situación. La radiografía y la recomendación del médico serán las que finalmente logren dar con el tipo de collarín adecuado.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Cookies de terceros
Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.
Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.
¡Por favor, activa primero las cookies estrictamente necesarias para que podamos guardar tus preferencias!