Pensar en un bastón o un andador cuando presentamos dificultades para caminar es una buena alternativa.
Estas ayudas técnicas facilitan el traslado, ya sea para equilibrar una movilidad reducida como para recuperarnos después de una lesión.
Aunque, ¿sabes cuándo es conveniente emplear un bastón y cuándo un andador? Desde Ortopedia Alcalá de Henares te contamos acerca de las virtudes de cada uno y cómo utilizarlos para obtener mejores resultados.
LOS BASTONES Y LOS ANDADORES: RAZONES PARA UTILIZARLOS
Los bastones y los andadores son herramientas que nos ayudan a prevenir o equilibrar una movilidad reducida, que puede ser causada por diferentes motivos: una fractura, debilidad muscular, falta de equilibrio, dolor, etc.
Estos elementos nos ayudan a mejorar la marcha aportando estabilidad y disminuyendo la carga del peso sobre los miembros inferiores. Caminar de una forma más segura y correcta proporciona mayor autonomía para la persona que lo emplea.
Tanto el bastón como el andador son instrumentos ortopédicos que brindan un apoyo adicional para poder mejorar nuestra forma de caminar bajo determinadas circunstancias. El empleo de uno u otro dependerá de la patología que tengamos y de la recomendación del especialista.
CUANDO ES RECOMENDABLE UTILIZAR UN BASTON
En general, el bastón se recomienda en casos en los que existe algún problema vinculado con las piernas. Puede ser una fractura tras una cirugía que haya afectado al miembro inferior.
También ayudan a aliviar el dolor en caso de padecer artrosis y que dificulta un andar normal. El bastón permite descargar el peso de la articulación perjudicada facilitando el movimiento.
Normalmente se recomienda llevar el bastón en el lado contrario de la pierna dañada, pero en este aspecto hay diferencias entre los expertos, por ello deberemos hacer lo que nos indique el médico.
CUANDO ES RECOMENDABLE UTILIZAR UN ANDADOR
El andador es un elemento que ayuda a mejorar la locomoción en personas que tienen problemas de equilibrio o se sienten inseguras a la hora de caminar. Al utilizar esta herramienta, se obtiene mayor seguridad, equilibro y autonomía en la movilidad.
Un andador resulta muy útil en caso de que el paciente requiera de una base de sustentación mayor porque siente miedo al deambular.
Los andadores deben de estar regulados a la altura del paciente y requieren de una fuerza mínima en los miembros superiores en caso de tener que levantarlos para esquivar algún obstáculo.
¿SABES COMO USAR UN BASTON?
Aquí te dejamos unos prácticos consejos que te servirán para utilizar el bastón en forma adecuada.
El mango del bastión debe ser cómodo y estar a la altura de la muñeca.
El bastón se lleva en la mano opuesta a la pierna que presenta dolor o debilidad.
Previo a dar el próximo paso, la punta debe de estar en contacto firme con el suelo.
Se debe mirar hacia adelante al caminar, no hacia abajo.
Cuando se da un paso con la pierna débil, el extremo del bastón debe ir adelante, a la misma distancia del cuerpo que la pierna afectada. La presión mayor se realiza sobre el bastón, no sobre la pierna débil.
Cuando la pierna fuerte da un paso, debe ir más allá del punto en donde se encuentra el bastón.
Si queremos girar, el movimiento debe ser lento y sobre la pierna fuerte.
Al subir un peldaño, la pierna fuerte es la que da el primer paso, trasladando el peso sobre ella. Luego sube el bastón y la pierna afectada hasta alcanzar la pierna fuerte.
Si se baja un peldaño, el bastón se colocará en la parte de abajo y se utilizará como punto de equilibrio. Luego se baja la pierna afectada y finalmente la pierna fuerte. Si existe una baranda conviene ayudarse con ella y tomar el bastón con la otra mano.
¿SABES COMO USAR UN ANDADOR?
En la actualidad, existen todo tipo de andadores: con ruedas, sin ruedas, con dos o cuatro ruedas, con canastitos, sillas e incluso frenos. Cualquier estilo que escojas, opta por aquel que resulte liviano y se pueda plegar para facilitar su transporte.
Antes de utilizar un caminador, sigue las siguientes recomendaciones:
Los manubrios del andador deben estar al nivel de las caderas. Cuando tomes el caminador, flexiona ligeramente los codos.
En caso de que el caminador no tenga ruedas, deberás levantarlo y colocarlo al frente para avanzar. Si tiene ruedas, simplemente podrás empujarlo hacia adelante.
Siempre mira hacia el frente no hacia el suelo.
Para avanzar, levanta o empuja el andador para que permanezca delante de tu cuerpo, con una distancia de un brazo.
Una vez que los cuatro puntos de apoyo estés firmes en el suelo, da el primer paso con la pierna más débil. Luego avanza con la pierna fuerte, colocando al frente de la pierna débil. Continúa este ritmo manteniendo la espalda derecha.
Si quieres sentarte, gira y retrocede de manera lenta hasta la silla.
Si quieres subir, coloca el andador peldaño tras peldaño, asegurando que los cuatro puntos de apoyo estén contra el suelo. Da un paso adelante con la pierna fuerte, pon el peso del cuerpo sobre el caminador, y sube con la pierna más débil.
Recuerda este criterio: “hacia arriba con la buena y hacia abajo con la mala”.
En ambos casos, es importante consultar con un profesional de la salud para seleccionar la herramienta que responda mejor a tu necesidad. Estamos para asesorarte.
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